lunes, 5 de junio de 2017

LA CHAQUETA

Te conocí en algún lugar que no recuerdo. Tu cara menuda, aquel gesto tan tuyo de esconder la cabeza por vergüenza, el rascarte la sien izquierda convulsivamente. Tu lengua mojando tus labios resecos de palabras. Tus manos de dedos afilados juntándose para sentir la valentía que te faltaba. Aquel pelo lacio de un trigo descolorido. ¿Y la nariz? Tan chiquita como tú misma, respiraba a trompicones.

Sí recuerdo el calor, caía como un centauro sobre nosotros y sin embargo tú llevabas chaqueta; temblabas de frío. Te miraba y te miraba, había algo en ti que se me escapaba. Tu mirada huidiza me clamaba pero no sabía el qué.

El grupo comenzó a charlar animadamente y sé que escuchabas. A veces te asombrabas, otras reías y muchas te evaporabas hasta que, sin darte cuenta, tu piel se desnudó; te quitaste la chaqueta y mis ojos acusaron el dolor.
Rasguños de cicatriz, moratones recientes; no pude seguir, habías pillado mis ojos grapados a tu piel.

Corriste a buscar tu chaqueta, te la pusiste del revés y te levantaste precipitadamente. Corrí tras de ti hasta alcanzar uno de tus brazos; paraste. No por mi fuerza sino por el tormento de mis dedos en tu piel. Entonces vi tus ojos, tus ojos llenos de nubes. Luego llegó la tormenta.
Palabras mudas, silencios y así fui desgranando tu triste realidad… A veces es tan duro ser mujer que no hay valentía posible para ciertas realidades.
Te acuné en mi pecho, no tenía práctica, pero tú te dejaste porque de mujer a mujer hay algo invisible que une.

No pudiste superar el miedo. Esa misma noche, el amor rabioso, el amor celoso, el amor que destruye…, te fulminó.

Vi tu historia negra en el periódico y aún me pregunto, ¿qué pude hacer por ti y no hice?

6 comentarios:

Reina Letizia dijo...

Por mí puedes pagar impuestos. Creo que ya lo hiciste. Gracias.

Besos de Reina

Ricardo Tribin dijo...

Y si te sobra una chaqueta nueva, pásamela por favor. Me gustan de gamuza. Un abrazo.

Macondo dijo...

Queda mucho camino por reecorrer, pero por lo menos ya se ha dado el primer paso de una ccncienciación que faltaba.
Muy bien contado.

Pluma y Data dijo...

Existe tanto dolor y tanta oscuridad, que muchas veces el dar paso a la luz, se hace lento.
Buen relato, con muchas profundidad y colmado de realidad.
un abrazo.

Ricardo Tribin dijo...

Mi muy querida Ma. Angeles :

Creo que llegar a casa no con la chaqueta, sino con los calzoncillos al revés, da más de una sorpresa.

Me encanta visitar tu blog.

Alondra dijo...

Incluso las cosas tristes las cuentas con una delicadeza exquisita.
Un abrazo afectuoso